Un jardinero económico y astuto intenta ahorrar ciertos residuos culinarios y de jardín.
El hecho es que muchas sobras son un excelente alimento.
Además, algunos residuos pueden actuar como agentes de control de plagas.
Entonces, ¿qué es lo que nunca se debe tirar a la basura?
La cáscara dura de los huevos es una fuente de calcio, fósforo, potasio y muchos otros microelementos importantes para las plantas.
Para que la cáscara "funcione" como fertilizante, es necesario convertirla en polvo. Para ello, utilice un molinillo de café o un mortero.
El producto preparado se puede utilizar para alimentar hortalizas, arbustos frutales y flores.
Además, la cáscara de huevo puede actuar como agente protector. Basta con colocar las cáscaras de huevo sin triturar en el lecho del jardín y las babosas ya no representarán un peligro para las plantas.
Este residuo contiene componentes de potasio, fósforo y nitrógeno.
Por tanto, los posos de café son un sustituto ideal de los fertilizantes minerales complejos.
El fertilizante de café se puede utilizar en patatas, cebollas, pepinos y muchos otros lechos.
Eliminar el exceso de láminas de las hojas ayuda a aumentar el rendimiento de los tomates.
Y no debes tirar las blusas recolectadas. Al fin y al cabo, a partir de él se puede elaborar una infusión que actuará como complemento y como remedio contra insectos peligrosos.