Una orquídea es una planta caprichosa que necesita cuidados constantes.
Los problemas frecuentes incluyen hojas marchitas, raíces debilitadas y falta de floración.
Por esta razón, la orquídea necesita fertilizante; descubriremos cómo alimentar adecuadamente esta hermosa pero caprichosa flor.
Primero, veamos el riego; en primer lugar, prestamos atención a la calidad del agua y no a la frecuencia del riego.
Resulta que a la orquídea le gusta más el agua derretida y de lluvia, pero es más difícil de encontrar en la ciudad.
Por este motivo, hay que utilizar un grifo. En este caso, es mejor utilizar agua que haya sido purificada en varias etapas.
Pasemos ahora a la fertilización, que debe contener la mitad de la norma de carbono para que la flor se desarrolle bien y tenga potencial para florecer.
Toma una cucharadita de jugo de limón y un litro de agua. También puede utilizar ácido cítrico: 1 gramo por litro de agua.
Mezcle el "alimento" con agua y riegue la flor 1-2 veces cada tres meses.