En junio, las cebollas entran en una etapa importante: los bulbos comienzan a formarse, ya que deberían estar listos para la cosecha a finales de agosto.
En julio es necesario abonar con fertilizantes que contengan fósforo y potasio.
Una excelente opción de fertilizante es la ceniza de madera y la harina de dolomita.
Para crear un fertilizante de alta calidad, debe tomar 1 vaso de ceniza, 1 vaso de harina de dolomita y 1 cucharada de monofosfato de potasio.
Estos ingredientes deben mezclarse en 10 litros de agua y verterse la solución entre las hileras; este fertilizante saturará el suelo con calcio, magnesio, fósforo y microelementos esenciales.
10 días antes de la cosecha, se debe realizar una segunda fertilización con humato de potasio; simplemente diluya una cucharada de este ingrediente en 10 litros de agua.
Al utilizar este fertilizante simple pero eficaz, puede aumentar su rendimiento y obtener bulbos más grandes.
No todos los residentes de verano conocen la necesidad de agregar estos componentes a las camas.