Es difícil encontrar una zona donde no se haya dispuesto un lecho destinado a cebollas y ajos.
Dado que ambos cultivos tienen una gran demanda en la cocina, no es sorprendente que los ahorrativos residentes de verano se esfuercen por abastecerse no de vegetales comprados, sino de vegetales cultivados de forma independiente.
Pero esto no siempre es posible: a veces las cebollas y el ajo resultan pequeños y de apariencia discreta.
Hay muchas razones para esto, y una de ellas es el suelo insuficientemente suelto.
El resultado de crecer en suelos "pesados" es la cantidad insuficiente de aire que reciben los cultivos de raíces.
De ahí la conclusión: para obtener una cosecha decente, se debe proporcionar aire a las plantaciones.
Y esto se puede hacer usando un palo de madera común, más delgado que el mango de una pala y con un extremo puntiagudo.
Cuando aparezcan los primeros brotes del suelo, haga un agujero de 7 a 10 cm de profundidad a una distancia de 10 a 15 cm de la vegetación. El resultado será un orificio de aireación, que saturará el cultivo con el oxígeno que necesita.