Si quieres conseguir cabezas de ajos grandes y bien desarrolladas, no te quedes de brazos cruzados.
Puedes conseguir lo que quieras utilizando en tu jardín un truco que conocían nuestras abuelas.
Y consiste en hacer un nudo con hojas de ajo.
Vale la pena hacerlo para ayudar a redirigir el flujo principal de sustancias desde la parte aérea hacia las "raíces".
Este proceso también ocurre por sí solo, comenzando a mediados del verano. Sin embargo, a diferencia del mismo arco, no puede presumir de una velocidad especial.
Por esta razón, los veraneantes expertos recurren a atar hojas de ajo en un nudo.
El momento adecuado para la “operación” llega un par de semanas después de la eliminación de los brotes y generalmente cae a mediados de julio.
Además de que se cree que como resultado de esta técnica el ajo crece, también conviene almacenarlo por mucho más tiempo.