Muchos jardineros se enfrentan al problema cuando el calabacín comienza a pudrirse o ponerse amarillo cuando aún es pequeño.
En este artículo, aprenderá lo que debe hacer para evitar este problema.
A los calabacines les encanta el calor y la luz, por lo que para plantarlos debes elegir áreas abiertas y soleadas. También es necesario asegurarse de que el suelo esté bien drenado y sea rico en materia orgánica.
El calabacín necesita riego regular, especialmente cuando hace calor. Sin embargo, encharcar la tierra puede hacer que el calabacín se pudra. Por tanto, es necesario controlar el nivel de humedad del suelo y evitar que se seque.
El calabacín requiere nutrientes para su crecimiento y desarrollo. Por ello, se recomienda fertilizar las plantas con fertilizantes que contengan nitrógeno, fósforo y potasio.
Las hojas de calabacín pueden provocar la pudrición de la fruta. Por ello, se recomienda retirarlos una vez que el calabacín alcance cierto tamaño.
El calabacín puede ser susceptible a diversas enfermedades y plagas, por lo que es necesario tratar las plantas con preparaciones especiales.
La recolección de calabacines debe realizarse a tiempo. Las frutas demasiado maduras pueden comenzar a pudrirse, por lo que se recomienda recolectarlas a tiempo.
Los calabacines deben conservarse en un lugar fresco y seco. Se recomienda guardarlos en bolsas de papel o cajas de madera.
Seguir estas sencillas reglas le ayudará a evitar problemas de pudrición y color amarillento del calabacín y a obtener una buena cosecha.