La experiencia demuestra que la opinión de las generaciones mayores no debe considerarse como la verdad última, incluso en cuestiones de jardinería.
Hoy hablaremos de un error común que cometen nuestros padres a la hora de cuidar el jardín.
Y radica en la manifestación de la “humanidad” en el proceso de poda de árboles y arbustos.
Los "veteranos" de la dacha tienen una actitud extremadamente negativa hacia la poda intensiva y la renovación de la corona de cerezas, grosellas y otros cultivos.
Sin embargo, los árboles y arbustos, especialmente los viejos, por el contrario, necesitan una poda radical y una renovación de copas.
Puedes darle una segunda vida a un manzano viejo o a un arbusto de grosella espinosa que haya celebrado su décimo aniversario cortando ramas y brotes viejos que vayan hacia adentro y verticalmente hacia arriba.
Y las cerezas, si la copa densamente crecida no se aclara con envidiable regularidad, pueden dejar de dar frutos.
La principal regla a seguir a la hora de podar es elegir la época adecuada para ello, que suele caer a principios de primavera o finales de otoño.