Las cebollas son un cultivo sin pretensiones, pero esto no significa que puedas saltarte la alimentación.
Es gracias a los fertilizantes adecuados que se puede obtener una excelente cosecha de cebollas grandes. Sus plumas serán gruesas y verdes.
Se debe disolver una cucharada de sulfato de potasio, sulfato de magnesio y sulfato de amonio en 10 litros de agua limpia. A esta mezcla es necesario agregar una cucharadita de sulfato de cobre y hierro.
Si lo desea, puede mezclar otros 100 ml de humato de potasio líquido con este fertilizante.
Después de eso, cuando todos los productos estén bien mezclados, puede proceder a regar las camas.
Por cada metro cuadrado y medio de parcela tendrás que gastar unos 10 litros de abono.
Es mejor aplicar fertilizante por primera vez tan pronto como la temperatura exterior supere los 15 grados. El procedimiento debería repetirse en mayo. Si la tierra es pobre, se puede fertilizar en la primera quincena de junio.