Si no quita la flecha a tiempo, la planta dirigirá toda su energía precisamente a la formación de semillas y no al crecimiento del fruto en sí. Como resultado, el ajo quedará pequeño. Una cosecha de este tipo no se puede almacenar durante mucho tiempo.
Los jardineros suelen romper o retorcer los tallos de las flores y algunos los cortan.
Pero cometen errores. Como resultado, la flecha sigue creciendo y las heridas se infectan, lo que puede destruir rápidamente la planta.
Como señalan los jardineros experimentados, se deben arrancar los tallos de las flores.
Es mejor empezar tan pronto como empiecen a extenderse y curvarse.
Debes sostener el vástago con una mano y con la otra debes sostener la flecha lo más bajo posible. Luego, levante suave pero con fuerza parte de la planta. Si todo se hace correctamente, podrá escuchar un clic silencioso y el pedúnculo estará en sus manos.
Los cocineros experimentados no tiran las flechas de ajo, sino que las utilizan para cocinar. Por ejemplo, un producto de este tipo es adecuado para preparar una guarnición o un adobo para el invierno.