Un jardinero experimentado se diferencia de uno inexperto en que sabe leer información sobre las plantas según su comportamiento.
Después de todo, cada árbol es un organismo vivo que se comporta de cierta manera en una situación determinada.
Por ejemplo, un manzano puede decirle mucho a su dueño cambiando el color natural de sus hojas.
Las hojas del manzano cambian de color debido a la alteración del funcionamiento natural de los procesos vitales.
Por ejemplo, con la sarna (la enfermedad más común), la hoja se curva, se vuelve áspera y luego se vuelve negra. Y la piel de la fruta se vuelve más gruesa y aparecen grietas.
El tratamiento regular del jardín con preparaciones especiales soluciona este problema.
Esta razón es mucho más interesante. Un cambio en el color de las hojas a menudo indica una deficiencia de algún nutriente. Y aquí debes saber exactamente lo que necesita el árbol.
La falta de nitrógeno es una de las más comunes. Se caracteriza por tener hojas pequeñas y un limbo pálido (a veces se vuelve amarillo). Los brotes jóvenes también son pálidos, débiles y cortos. En caso de deficiencia grave, el ovario puede caerse.
El problema se puede resolver aplicando fertilizantes nitrogenados, por ejemplo, urea (10 g por 1 m2 de círculo de tronco de árbol). En caso de inanición severa, es aconsejable rociar adicionalmente las hojas (20 g de urea por 10 litros de agua).
Nota: si plantas legumbres en el jardín, naturalmente enriquecerás el suelo con nitrógeno.
El potasio es el segundo nutriente más importante del que depende el rendimiento de un manzano. Con su deficiencia, la lámina de la hoja se vuelve verde oscuro y adquiere un tinte bronceado. Luego aparecen manchas amarillas a lo largo de los bordes de las hojas, que se oscurecen y mueren con el tiempo.
Es imposible obtener una buena cosecha de un manzano así.
El problema se soluciona aplicando fertilizantes potásicos. Por ejemplo, tomemos sulfato de potasio (40 a 50 g por 1 m2).
Nota: una excelente fuente de potasio es la ceniza de madera, que se rocía en los círculos de los troncos de los árboles.
Con la falta de este macronutriente, las hojas primero tienen un color verde oscuro y luego se vuelven negras. También son más pequeños de lo que deberían ser. El problema se resuelve aplicando fertilizantes que contienen fósforo, por ejemplo, superfosfato (25 a 30 g por 1 m2).
Nota: la harina de huesos, que se puede comprar en tiendas de jardinería o agrícolas (que se vende como aditivo alimentario para el ganado), ha demostrado funcionar bien como suplemento natural de fósforo.
Cuida tus manzanos, porque ellos mismos te cuentan sus problemas.