La fertilización es un aspecto importante del cultivo de tomates, ya que proporciona a las plantas los nutrientes esenciales para un crecimiento y desarrollo saludables.
Por lo tanto, vale la pena recordar los mejores remedios caseros que no son inferiores en efectividad a los productos químicos.
Uno de los mejores y más populares remedios caseros para alimentar tomates es el abono. Es rico en materia orgánica y microorganismos que contribuyen a la fertilidad del suelo.
Agregue abono a la capa superior del suelo alrededor de la zona de la raíz del tomate o úselo para preparar una solución nutritiva que se pueda regar en la raíz de las plantas. Es importante que el abono esté bien podrido, de lo contrario puede dejar quemaduras.
El humus es otro remedio popular universal para la alimentación. Contiene altos niveles de nutrientes, incluidos nitrógeno, fósforo y potasio, esenciales para el crecimiento saludable de las plantas.
Agrega humus al suelo antes de plantar tomates o úsalo para hacer una decocción. Asegúrese de seguir las proporciones y pautas de uso adecuadas.
La ceniza de leña o residuos de plantas es un remedio popular sencillo y asequible para alimentar tomates. Contiene mucho potasio, lo que contribuye a la formación de tallos fuertes y frutos brillantes. Esparce una pequeña cantidad de ceniza alrededor de las plantas o disuélvela en agua y viértela debajo de las raíces de los tomates.
Es rico en nitrógeno, hierro, calcio y otros nutrientes necesarios para el crecimiento saludable de las plantas. Prepare una infusión de ortiga, vierta agua hirviendo sobre hojas de ortiga frescas o secas y déjela reposar durante varias horas. Luego puedes usar la infusión resultante para regar los tomates o agregarlos al suelo.
Un remedio popular eficaz, rico en nutrientes que ayudan a fortalecer las plantas y estimular la floración y fructificación de los tomates. Para preparar la decocción, coloca unos plátanos maduros en agua y déjalos hervir durante 15-20 minutos. Luego enfríe el caldo y viértalo sobre la tierra alrededor de las raíces de los tomates.
Utilice restos de té preparado, como hojas de té o bolsitas de té, y revuélvalos en el agua. Deje el caldo durante varias horas o incluso durante la noche para que se sature de nutrientes. Luego vierte el caldo resultante sobre la tierra alrededor de los tomates.