El ajo es una verdura codiciada, sin la cual no se pueden realizar muchos platos y preparaciones.
Muchos veraneantes lo cultivan en sus parcelas. Pero a menudo se encuentran con un problema: las plumas de los ajos empiezan a ponerse amarillas.
Si la cosecha aún está lejos, entonces es una mala señal. Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, agrónoma y paisajista, explicó cómo solucionar este problema.
El ajo necesita riego regular, especialmente en climas cálidos. No permita que la tierra se seque.
El ajo necesita fertilización, especialmente si crece en suelos pobres. Utilice un fertilizante completo que contenga nitrógeno, fósforo y potasio, que ayuda a fortalecer la planta y evitar el amarilleo.
Si el ajo se vuelve amarillo, puede estar infectado con una enfermedad o dañado por plagas. Inspeccione las plantas con regularidad y tome medidas para controlar plagas y enfermedades.
El ajo prefiere lugares soleados, protegidos del viento. También es importante que el suelo esté bien drenado y rico en nutrientes.
Para que el ajo recupere una apariencia saludable lo antes posible, utilice urea o nitrato de amonio. De los remedios caseros, se usa amoníaco: 3 cucharadas. l. por 10 litros de agua.