Los pimientos hacen que los veraneantes trabajen duro, pero el resultado merece la pena.
Para que todos los esfuerzos produzcan el máximo resultado, los jardineros no se olvidan de fertilizar.
Hay varios secretos para una cosecha rica. Un lugar especial lo ocupan los fertilizantes, que contribuyen al desarrollo activo de los pimientos y a la formación de frutos.
A principios de verano, el pimiento necesita fertilización con nitrógeno. Gracias a este macronutriente, las plántulas echan raíces más rápido y desarrollan un follaje potente. Es a partir de aquí que los nutrientes pasarán a la fruta.
Cuando el ovario comienza a aparecer en los arbustos, se aplican fertilizantes de potasio y fósforo. Además, la pulverización se realiza con un producto que contiene calcio.
El fósforo y el potasio son los responsables de la cosecha. Estos son macroelementos clave para la fructificación.
El calcio hace que las plantas sean más resistentes a la pudrición apical. Si hay suficiente macronutriente, los frutos no desaparecerán antes de madurar.
Sin embargo, el contenido de azúcar no se ve afectado por la fertilización, sino por las características varietales.