Muchos residentes de verano disfrutan cultivando repollo.
Sin embargo, a pesar de toda su sencillez, este cultivo puede preparar una "sorpresa" muy desagradable para el jardinero.
Estamos hablando de una situación en la que las coles simplemente no se atan.
Para no quedarse sin cosecha, es necesario familiarizarse con las razones habituales de la falta de "productividad" de la planta que se cultiva.
Si un jardinero compró semillas no probadas o no siguió las reglas para almacenarlas, no debería sorprenderse la ausencia de cabezas de repollo.
Es posible que las cabezas de repollo no cuajen debido a que las plántulas resultaron mal.
Es posible que el residente de verano no haya elegido la zona más adecuada para el repollo.
Si el repollo crece a la sombra o en sombra parcial, es poco probable que el rendimiento sea alto.
La falta de protección contra el viento también puede ser la razón por la que las coles no cuajan.
El suelo en el que crece el repollo debe ser fértil.
El contenido de microelementos y compuestos importantes para la planta debe ser suficiente. En primer lugar, estamos hablando de componentes de nitrógeno y potasio.
Si el jardinero entiende que el problema es precisamente una deficiencia de nutrientes, entonces la planta debe ser alimentada con excrementos de pollo o restos de madera sin quemar.
Es necesario regar el repollo al menos una vez a la semana. Además, el riego debe ser bastante abundante.
Sin embargo, en la última etapa de su desarrollo (aproximadamente medio mes antes de cosechar las coles), la planta ya no necesita mucha agua. Puede rechazar el procedimiento por completo.