Las camas elevadas están ganando popularidad entre los residentes de verano por varias razones: convenientes, más oportunidades para obtener altos rendimientos y una apariencia hermosa y bien cuidada.
La principal cuestión a la hora de disponer los parterres elevados se refiere al material de los laterales.
A la hora de elegir, se basan en dos criterios: durabilidad y belleza. Pero los posibles costes de construcción también juegan un papel importante. Por lo tanto, los veraneantes intentan hacerlo bonito y práctico y, al mismo tiempo, prescindir de gastos importantes.
Las tablas de madera de mala calidad son la opción más popular. El material es barato, pero durará unos 5 años antes de pudrirse y necesitar reemplazo.
Los residentes de verano que valoran la confiabilidad y la durabilidad eligen tablas galvanizadas o de terraza. Duran muchos años, pero son más caras.
Los jardineros hacen bordes duraderos para las camas con pizarra lisa. Las láminas se cortan en trozos rectangulares de 10 a 15 cm de altura y se refuerzan con postes.
Algunos veraneantes se esfuerzan por ahorrar lo máximo posible y simplificar sus vidas, por eso utilizan poliestireno expandido. Pero esta opción provoca posteriormente decepción por su fragilidad.