Los jardineros saben que las cebollas siempre causan muchos problemas, porque cultivarlas puede parecer una tarea fácil sólo a primera vista.
Los errores de mantenimiento comunes pueden hacer que el arco se resbale.
Esto puede suceder por varias razones, incluidos los fertilizantes inadecuados que utilizan muchos jardineros.
Algunos fertilizantes están demasiado cargados de nitrógeno, lo que puede provocar un crecimiento abundante de las puntas y una reducción del tamaño de los bulbos, además de que se desprendan.
Una buena opción para evitar sobresaturar el suelo con nitrógeno. El fertilizante es ideal para aquellos jardines donde no es necesario aumentar el contenido de nitrógeno del suelo.
El sulfato de amonio contiene una cantidad adecuada de los componentes necesarios que ayudarán a que la cebolla tenga una buena pluma, aumente el tamaño de los bulbos y el rendimiento en general.
Para alimentar cebollas, basta con esparcir 1 caja de cerillas de este fertilizante por cada metro cuadrado.
Es útil realizar dicha fertilización después de que la cebolla haya brotado del suelo a una altura de 6 a 7 cm. El procedimiento se puede repetir después de 14 a 16 semanas.