Un gorgojo que pone huevos en los cogollos de las fresas puede dejarte sin la tan esperada cosecha de bayas dulces y sabrosas.
Para asegurar la descendencia, el parásito roe los núcleos de las flores, destruyendo sus posibilidades de formar bayas.
Y dado que una sola plaga hembra puede dañar hasta 100 flores, es fácil imaginar el daño que un gorgojo puede causar a tu plantación de fresas.
Anastasia Kovrizhnykh, experta de la publicación en línea BelNovosti, agrónoma y paisajista, mencionó la primera señal de que el gorgojo está en pie de guerra, es decir, en los parterres plantados con fresas.
Estos no son más que pequeños agujeros en las hojas. Al notarlos, debes combatir inmediatamente el parásito.
Para ello tendrás que realizar tres tratamientos.
El primero de ellos se lleva a cabo antes de que florezcan las fresas, el segundo durante la floración y el tercero 10 días después de la floración.
Los partidarios de los productos adquiridos deberían examinar más de cerca los productos biológicos con el principal ingrediente activo, la aversectina.
Entre los métodos populares, ha funcionado bien el ajo, que se puede plantar a lo largo del borde de la cama, o un remedio que utiliza amoníaco: diluir 2 cucharadas de alcohol en 10 litros de agua y verter las fresas con una regadera.