Los arbustos de grosella espinosa son vulnerables a los ácaros.
Esta plaga suele provocar una fuerte disminución del rendimiento y, en ocasiones, la muerte de la planta.
Es posible comprender que la cultura no pudo resistir el ataque de un representante muy pequeño y apenas perceptible de la clase arácnida estudiando el estado de las hojas.
Si aparecen manchas amarillas o marrones, entonces las cosas van mal. Y si la red plateada se ha hecho visible, entonces la situación es aún peor.
No se puede ignorar el problema: la planta irá perdiendo gradualmente su jugo. Como resultado, la formación de frutos se ralentizará y aumentará el riesgo de enfermedades graves.
Y ese es el mejor de los casos. En el peor de los casos, los arbustos pueden morir por completo.
Por lo general, la lucha contra los ácaros implica el uso de medicamentos especiales. Por tanto, muchos insecticidas pueden proteger los arbustos de grosella espinosa de las plagas.
Pero algunos jardineros no están ansiosos por utilizar la "química", ya que esta última a menudo daña no solo las plagas, sino también el cultivo mismo.
En tal situación, los remedios naturales acuden al rescate.
La eficacia suele demostrarse con una infusión preparada con dientes de ajo machacados.
Por cubo de agua debe haber alrededor de medio kilo de componente vegetal.
Después de un par de días, el líquido preparado debe diluirse con agua 2 veces. Obtendrá un producto cuyas gotas deben verterse sobre las grosellas afectadas por la plaga.
Vale la pena señalar que la infusión también se puede utilizar como agente profiláctico: es poco probable que los ácaros estén interesados en una planta tratada con dicho líquido.