La orquídea es una hermosa flor tropical que puede decorar cualquier interior.
Sin embargo, para que una orquídea florezca continuamente, necesita cuidados especiales y condiciones adecuadas.
En este artículo aprenderás dónde debe estar una orquídea en la casa y cómo cuidarla.
Las orquídeas requieren una luz brillante pero difusa, sin luz solar directa. El lugar óptimo para una orquídea será una ventana este u oeste, donde la planta recibirá la cantidad de luz necesaria por la mañana o por la noche.
En una ventana del sur, la orquídea debe protegerse del sol con una cortina o papel pergamino para evitar quemaduras en las hojas y flores.
En una ventana del norte, la orquídea no tendrá suficiente luz para florecer, por lo que será necesario proporcionarle iluminación adicional con una lámpara fitolámpara o fluorescente.
Las orquídeas aman el calor y no toleran el frío. La temperatura óptima para las orquídeas es de 18 a 25 grados centígrados durante el día y de 15 a 18 grados durante la noche.
Evite cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire, que pueden dañar la planta. Evite también colocar la orquídea cerca de radiadores o aires acondicionados.
Las orquídeas requieren una alta humedad del aire, alrededor del 60-80%. Para mantener la humedad, puede utilizar humidificadores especiales o rociar agua con un atomizador sobre las hojas y raíces de la orquídea varias veces al día.
También puedes colocar la maceta de orquídeas en una bandeja con arcilla expandida húmeda o musgo, pero de manera que el fondo de la maceta no toque el agua.
Las orquídeas necesitan un riego moderado cuando el sustrato esté casi completamente seco. La frecuencia de riego depende del tipo de sustrato, tamaño de maceta, temperatura y humedad.
Normalmente, las orquídeas se riegan una vez por semana en invierno y dos o tres veces por semana en verano.
Para el riego, utilice agua blanda a temperatura ambiente, por ejemplo, agua de lluvia, derretida o sedimentada. Riega la orquídea para que el agua se filtre por los orificios de drenaje de la maceta.
No permita que el agua se estanque en la olla o en la roseta de hojas, para no provocar la pudrición de las raíces o del tallo.
Las orquídeas necesitan ser fertilizadas regularmente para estimular el crecimiento y la floración. Para las orquídeas, utilice fertilizantes especiales con bajos niveles de nitrógeno, fósforo y potasio.
Déle fertilizante a las orquídeas una vez cada dos semanas durante el período de desarrollo y una vez al mes durante el período de descanso.
Sigue las instrucciones del paquete del fertilizante y no excedas la dosis recomendada para evitar quemar las raíces u hojas.
Las orquídeas requieren poda para eliminar las flores marchitas, las hojas secas y las raíces dañadas. La poda se puede realizar en cualquier época del año cuando sea necesario.
Para la poda utilice una herramienta afilada y desinfectada, como podadoras o tijeras. Trate los esquejes con barniz de jardín o carbón activado para prevenir infecciones.
Con estas sencillas reglas podrás brindarle a tu orquídea condiciones cómodas y disfrutar de su belleza durante todo el año.