La madreselva estará cargada de cosechas en el verano y las bayas serán grandes y dulces si se llevan a cabo una serie de procedimientos en la primavera.
Estas acciones no son difíciles, pero tienen una influencia decisiva en la fructificación de los arbustos.
A la madreselva le encanta la humedad y tolera peor la sequía. Es especialmente importante no dejar los arbustos sin agua el día anterior y durante la floración. Para un arbusto joven, se gastan de 2 a 3 cubos, y para un arbusto adulto, de 4 a 5 cubos.
A finales de abril o principios de mayo aplicar una segunda toma de madreselva.
La planta ama la materia orgánica. Por ejemplo, puede agregar estiércol de pollo: 0,5 litros por 10 litros de agua. El vermicompost es adecuado: 250 ml por 10 litros de agua.
En vísperas de la floración, los jardineros experimentados utilizan formulaciones complejas que contienen todos los macro y microelementos.
Algunos veraneantes preparan su propio fertilizante: 10 g de urea, 15 g de sulfato de potasio y 15 g de superfosfato.
Es importante proteger las raíces de madreselva de la luz solar. El mantillo crea un microclima óptimo en la zona de las raíces, gracias al cual la madreselva da abundantes frutos.
Antes de la floración, algunos jardineros rocían madreselva con ácido bórico y succínico. Es preferible aplicar el fertilizante hoja a hoja, ya que comienza a “trabajar” más rápido.
Por 10 litros de agua utilice 1 g de ácido bórico y 10 comprimidos de ácido succínico.