Si desea cultivar rábanos excelentes, no puede prescindir de alimentarlos.
Para saturar el cultivo con los microelementos necesarios, los jardineros experimentados recurren al uso de ceniza común.
Los residuos de la combustión de la madera contienen mucha vitamina K y otros elementos útiles.
Como opción, puedes utilizar humato de potasio en tu jardín, que, al igual que la ceniza, proporcionará a los rábanos todo lo que necesitan.
Otra condición importante para obtener una buena cosecha es el riego oportuno y de alta calidad.
De lo contrario, corre el riesgo de obtener frutos pequeños y amargos en lugar de rábanos bonitos, grandes y, por supuesto, sabrosos.
Según cultivadores experimentados, conviene regar los lechos de hortalizas dos veces al día, por la mañana y por la noche.
Finalmente, recordemos la importancia de una buena ventilación en el invernadero: quienes descuidan este procedimiento terminan con raíces podridas y la aparición de enfermedades.