Un medicamento farmacéutico económico puede convertirse en un asistente indispensable en el cuidado de las plantas.
Los cultivadores de flores experimentados tienden a utilizar remedios caseros, porque casi siempre están disponibles y son más baratos que las preparaciones especiales.
Uno de esos remedios es el yodo. Los floricultores han identificado varias razones por las que lo utilizan para alimentar a las plantas:
Casi todas las flores responden bien a esta alimentación. Por ejemplo, un anturio cobrará vida y florecerá en un par de meses si se riega periódicamente con una solución.
Con yodo, los gladiolos y las bocas de dragón florecerán e irradiarán salud. A los geranios y crisantemos también les encanta este aderezo. Las plantas recibirán recursos adicionales para una floración abundante.
Hay situaciones en las que el uso de yodo es inaceptable. 3 ejemplos cuando no se utiliza un producto farmacéutico:
Así, para empezar, las flores se riegan con agua corriente. Si la planta se marchita por algún motivo no relacionado con la enfermedad, se utiliza yodo.
La proporción generalmente aceptada es: 1 gota de yodo por 1 litro de agua. Pero algunos jardineros aumentan la dosis a 3-4 gotas.
Si riegas en suelo húmedo, no dañarás las plantas. Pero es necesario mezclar bien la solución antes de usarla.