Los jardineros saben que las plántulas deben trasplantarse según un patrón bien establecido, para no destruir las plantas jóvenes.
Al plantar plantas en campo abierto, muchos riegan los hoyos, colocan las plantas en ellos y luego vuelven a regar las camas.
Y aquí es donde se manifiesta el principal error, que destruye las plántulas e impide que las plantas se asienten por completo en su nueva ubicación.
Para no perder la cosecha, tome nota de reglas simples sobre cómo regar y cómo no regar las plántulas.
Antes de plantar, se debe humedecer el suelo si está seco. Pero esto debe hacerse de tal manera que se evite el estancamiento de la humedad.
Utiliza aproximadamente 2 litros de agua por planta, pero ten en cuenta el suelo y las condiciones climáticas.
Puede plantar plántulas en un suelo preparado y bien regado, luego rociarlo con tierra y, si es necesario, cubrirlo con mantillo.
No es necesario regar las plántulas plantadas en campo abierto. Algunas plantas pueden empezar a humedecerse a los 2 días (pepinos), a los 5 días (tomates).
Si riegas una vez después de plantar, el agua hará que la tierra se caiga y las raíces serán arrastradas junto con el suelo. Como resultado, la planta tardará más en adaptarse y, como resultado, el rendimiento puede verse afectado.
En general, a menos que haya una necesidad urgente, no es necesario regar las plántulas inmediatamente después de plantarlas, ni llenar demasiado el hoyo cavado con agua.