Muchas áreas suburbanas tienen un contenedor para recolectar diversos desechos orgánicos.
Estamos hablando de un contenedor de abono, cuyo contenido con el tiempo se convierte en un excelente fertilizante.
Sin embargo, el estado del compost puede ser insatisfactorio.
El fertilizante a menudo pierde su eficacia si se cometen errores al elegir el recipiente.
El contenedor de abono debe tener las siguientes características.
El material del que esté hecho el contenedor debe ser duradero.
Además, es importante evitar el proceso de pudrición. Para hacer esto, cubra la superficie de la caja con productos especiales.
Si deja de entrar aire en el recipiente, el abono no “madurará”.
Por este motivo, la caja debe tener agujeros. O mejor aún, espacios alargados entre las tablas.
Pero la parte superior del recipiente debe estar cubierta con algo. Además, no debe haber agujeros en la tapa, de lo contrario podrían entrar precipitaciones.
No es necesaria una caja demasiado grande: sólo ocupará mucho espacio y permanecerá siempre casi vacía.
Pero un contenedor de pequeño volumen también es malo: la caja se llenará rápidamente y luego no habrá dónde tirar los residuos.
Por lo tanto, al elegir el tamaño del contenedor, el residente de verano debe determinar al menos aproximadamente el volumen de compost que se puede recolectar.
El contenedor de abono no debe estar demasiado alto. La capacidad del medidor es una excelente opción.
Pero si el indicador supera el metro y medio, la maduración del fertilizante procederá lentamente.
Es aconsejable que el contenedor de abono tenga al menos dos compartimentos.
El primer compartimento debe contener desechos "frescos", el segundo debe contener abono casi listo para usar.