Es necesario aplicar abono de primavera para que las hojas no se pongan amarillas y los frutos sean grandes.
En este momento, el cultivo necesita nitrógeno.
Es adecuada una solución de 3 cucharadas de amoníaco y 10 litros de agua limpia. Es mejor realizar el tratamiento foliar por la noche para que el producto no se evapore rápidamente bajo los rayos del sol.
Pero hay que tener en cuenta que el tratamiento con amoniaco es una medida temporal. El hecho es que, aunque dicho nitrógeno se absorbe rápidamente, también se excreta rápidamente.
Necesitamos inspeccionar los aterrizajes. Si las puntas de las plumas se vuelven blancas y las hojas se curvan, esto advierte de que las plantas tienen una deficiencia de potasio. En este caso, puedes añadir una solución a base de 10 litros de agua limpia y 3 cucharadas de cloruro potásico.
Sin embargo, los expertos dicen que es importante no utilizar calcio y potasio al mismo tiempo, de lo contrario se bloquearán entre sí.
Es recomendable hacer una pausa de tres días entre ellos.
Además, hay que tener en cuenta que en suelos de turba el ajo puede sufrir deficiencia de cobre. En este caso, una solución de 5 litros de agua limpia y una cucharadita de cualquier preparado que contenga cobre solucionará el problema.