Las plántulas estiradas se consideran frágiles.
Existe el riesgo de que no eche raíces en campo abierto e incluso si logra adaptarse, las posibilidades de obtener una cosecha abundante son bastante pequeñas.
Hay que tener en cuenta que estas plántulas tienen más probabilidades de desarrollar deficiencias de micro y macronutrientes en el futuro y también son más susceptibles a las enfermedades.
Aun así, las plántulas deben ser fuertes.
Por tanto, si las plantas empiezan a estirarse, es importante actuar a tiempo.
Por ejemplo, si una plántula tiene un subcotiledón alargado, entonces es necesario profundizar un poco la planta.
Esto debe hacerse de tal manera que desde el nivel del suelo hasta las hojas de los cotiledones no quede más de un centímetro. No puedes arrancar esas hojas.
Pero al mismo tiempo, se debe tener en cuenta que no es necesario enterrar y llenar inmediatamente las plántulas al plantarlas en campo abierto en un lugar permanente.
Este procedimiento retrasará el proceso de fructificación.