Muchos jardineros y residentes de verano creen que es casi imposible obtener una rica cosecha de patatas en una parcela pequeña.
Esto está mal. Si sigue reglas simples de riego y fertilización, puede duplicar el rendimiento.
En cuanto al riego, es muy importante respetarlo durante el período de floración de las plantas.
Por cierto, por conveniencia, el procedimiento se puede realizar por la noche, luego el sol no brillará intensamente.
La ventaja del riego nocturno: el agua se absorbe bien en el suelo y no aparecen quemaduras solares en las hojas.
Se recomienda regar cada arbusto desde la raíz, unos tres litros de agua.
Se puede permitir un mayor volumen de riego si el suelo es arenoso o franco arenoso. Pero si el suelo es franco o turba, conviene reducir el volumen.
La regla de alimentación es la siguiente: ceniza (tres cucharadas por metro) y sulfato de potasio (una cucharadita) durante el período de formación de las yemas.
Gracias a este “golosina”, la patata recibe los nutrientes que necesita y, en consecuencia, se estimula el crecimiento de las plantas.