En primavera, los ajos y las cebollas de invierno necesitan nitrógeno para desarrollar una masa verde.
Sin embargo, en este momento la tierra aún no se ha calentado y los fertilizantes nitrogenados actúan muy lentamente. Por tanto, lo mejor es utilizar nitrato de amonio en primavera.
El nitrato de amonio funciona bien incluso en suelos fríos y el ajo recibirá la nutrición necesaria para su pleno crecimiento.
Utilice la dosis correcta para garantizar que el fertilizante sea lo más beneficioso posible para las plantas.
Para alimentar con ajo, basta con añadir hasta 40-50 g de salitre por 1 metro cuadrado. metro.
Además, en primavera, el ajo debería desarrollar un sistema de raíces fuerte, pero debido al suelo frío, el fósforo, responsable de su crecimiento, se absorbe mal.
Para mejorar la absorción de fósforo, es necesario utilizar sulfato de magnesio. El azufre y el magnesio que contiene ayudarán a las plantas a absorber rápidamente nitrógeno y fósforo.
Como resultado, el ajo se desarrollará bien incluso en suelos fríos.
Tasa de aplicación de sulfato de magnesio: 20 g por 1 metro cuadrado.
No es necesario incorporar fertilizantes al suelo. Se disolverán rápidamente en la tierra húmeda y serán absorbidos por ella, y el ajo se desarrollará normalmente y crecerá grande y jugoso.