Una de las verduras más populares y saludables se puede encontrar en el jardín de casi todos los residentes de verano.
El calabacín atrae por su facilidad de cultivo y sus beneficios únicos para la salud.
Sin embargo, para obtener una buena cosecha de calabacín, es necesario conocer reglas especiales de cultivo.
El calabacín no tolera la proximidad al repollo y los rábanos. Estas plantas pueden inhibir el crecimiento del calabacín y afectar negativamente su rendimiento.
Por lo tanto, es mejor elegir camas alejadas de estas plantas para plantar calabacines.
El calabacín es muy compatible con plantas como pepinos, frijoles, tomates y hierbas.
Estas plantas no competirán por los nutrientes y se fortalecerán y protegerán entre sí.
En el proceso de cultivo de calabacines, es importante tener en cuenta no solo la proximidad correcta, sino también alimentar y regar las plantas de manera oportuna.
Para los calabacines lo mejor es utilizar fertilizantes orgánicos: humus o compost. Se pueden añadir al suelo antes de plantar y cada 2-3 semanas durante el crecimiento y la floración.
Los calabacines no pueden prescindir del agua y es necesario regarlos casi cada 2 o 3 días, especialmente en climas cálidos, pero evitando el estancamiento del agua.
En general, cultivar calabacines es un proceso interesante y, si sigues las reglas, puedes obtener una gran cosecha de frutas sanas y sabrosas.