Resulta que las mismas esponjas que estamos acostumbrados a usar para lavar los platos son ideales para germinar semillas.
Es poco probable que tenga problemas con este método: es simple y eficaz.
Si decide probar este método usted mismo, abastecerse de dos esponjas limpias.
Moje la superficie porosa con agua y transfiera la esponja a un recipiente o plato.
Ahora esparce las semillas que necesitan germinar sobre la esponja y cúbrelas con una segunda esponja, que también debe estar previamente humedecida.
Ahora puedes llevar la pieza de trabajo resultante a un lugar cálido.
Verás que las semillas han brotado en 1-2 días. Si las esponjas se secan repentinamente, puedes verter una pequeña cantidad de agua en el fondo del recipiente o plato.
Por cierto, este método se puede llamar verdaderamente libre de desperdicios, porque las esponjas con las que germinaron las semillas se pueden usar para lavar los platos.