Las rosas son verdaderamente una decoración del jardín y una de las flores más bellas.
Su aroma es cautivador y puede levantar instantáneamente el estado de ánimo de cualquier persona.
Es importante cuidar adecuadamente estas delicadas plantas para garantizar que florezcan exuberantemente. Y la alimentación juega un papel importante.
Los rosales se fertilizan con infusión de gordolobo o estiércol y se riegan con fertilizantes. Si no tienes estos productos a mano, no te preocupes y utiliza nitrato de amonio.
Toma 1 cucharada. una cucharada de fertilizante por cada 10 litros de agua, teniendo en cuenta el consumo: 3-4 litros por rosal.
Es necesario utilizar estiércol podrido y compost, que se aplican mejor a principios de primavera.
En verano, las rosas se alimentan varias veces. El abono se aplica en la primera quincena de junio, cuando las plantas aumentan su masa vegetativa y aparecen los cogollos. En este momento se necesitará fósforo, potasio y nitrógeno.
Las rosas se marchitarán sin una buena iluminación.
Proporcione a las rosas más luz solar, especialmente en la primera mitad del día; en la segunda mitad necesitan sombra parcial.