Los veraneantes están acostumbrados a que los topos sean plagas que estropean el césped y las camas.
Por ello, es costumbre ahuyentarlos de las zonas e instalarles repelentes.
Pero no hay necesidad de apresurarse.
Los jardineros experimentados saben que a veces estos animales pueden ser útiles y salvar las plantaciones de fresas de las plagas.
Hay insectos que se alimentan de las raíces de las fresas. Pero los topos hacen un excelente trabajo al eliminarlos del área y no tocan las raíces de las plantas.
Pero, si aun así decide deshacerse de los lunares en su casa de campo, existen varias formas seguras.
Una de ellas es utilizar olores que no gustan a los animales. Por ejemplo, en los agujeros de los topos se pueden colocar trozos de tela empapados en gasolina, fueloil o aceite de ricino. A los animales no les gustará el aroma del café molido, el pimiento, la cebolla y el ajo.
Puedes plantar plantas cuyo olor también sea desagradable para el topo. Por lo general, se trata de narcisos, caléndulas, albahaca, eneldo y apio.