Las raíces son la base de cualquier planta en cualquier etapa de desarrollo, por lo que para conseguir una excelente cosecha es importante elegir el fertilizante adecuado.
Si el sistema de raíces es débil y poco desarrollado, entonces la parte aérea de la planta será un poco diferente.
Se realiza cuando las plántulas alcanzan la fase de 2-3 hojas verdaderas, o después de la recolección. Se hace hincapié en los fertilizantes con fósforo y potasio. El fósforo es responsable del sano desarrollo del sistema radicular.
El potasio fortalece el sistema inmunológico. El macronutriente también es necesario para la síntesis de proteínas que ayudan a las plántulas a combatir el estrés.
Por lo tanto, para la primera alimentación, se utiliza fosfato monopotásico: 10 g por 10 litros de agua.
En este caso, se añade nitrógeno al fósforo y al potasio. Su fuente, por ejemplo, es el nitrato de amonio. Prepare fertilizante líquido: 10 g por 10 litros de agua.
Se compone de nitrógeno, fósforo y potasio, y también se le añade magnesio. Por ejemplo, los residentes de verano preparan una mezcla de nitrato de amonio (5 g), fosfato monopotásico (5 g), sulfato de magnesio (5 g). Los fertilizantes se disuelven en 10 litros de agua y las plántulas se riegan sobre el suelo humedecido.
Estas tres alimentaciones ayudarán a fortalecer las plántulas. Las plántulas desarrollarán raíces más fuertes y podrán combatir mejor las enfermedades.