Los jardineros experimentados aprecian desde hace mucho tiempo los beneficios de la tiza para las plantas frutales, por lo que la utilizan según sea necesario.
Esta acción ayuda a aumentar el rendimiento, pero aquí hay un matiz.
Los ciruelos no dan buenos frutos si el suelo es ácido. Para este árbol, el pH óptimo es 6,5-7,5, es decir, a la planta le gustan los suelos neutros o ligeramente alcalinos. Si el indicador se mueve hacia 6,0 o menos, entonces el rendimiento puede caer.
Además, en suelos ácidos, las ciruelas tienen menos capacidad de absorber una serie de nutrientes, lo que también afecta la fructificación.
La tiza es uno de los medios que permite desoxidar el suelo, volviéndolo neutro o alcalino.
Los jardineros suelen desoxidar el suelo a principios de la primavera o finales del invierno esparciendo tiza directamente sobre la nieve. Es aceptable aplicarlo al comienzo de la temporada de crecimiento.
La tiza se esparce por toda el área del círculo del tronco del árbol: 200-400 g por 1 metro cuadrado. El volumen depende de la edad del árbol. Es importante no solo esparcirlo, sino incrustarlo ligeramente en el suelo y regarlo con agua.