Los cultivadores de flores experimentados saben que a las plantas de interior les encanta una ducha tibia y las muestras preparadas incluso esperan a que las viertan con agua caliente.
El momento ideal para realizar el procedimiento es en abril, y el último riego de este tipo se puede realizar a finales de septiembre, como máximo a principios de octubre.
A todas las plantas con hojas grandes les encanta este procedimiento. En primer lugar, se trata de flores tropicales y amantes de la humedad. Una ducha tibia es especialmente útil para ejemplares que no han florecido durante mucho tiempo.
Por ejemplo, gardenia, spathiphyllum, aglaonema, dracaena, arrurruz, gusmania, syngonium, fittonia, calathea, helechos, dieffenbachia, chamedorea, ficus, stromanta, hiedra, anthurium y varias otras plantas responden bien al agua tibia.
Durante la floración, no utilice una ducha tibia. Puedes realizar el procedimiento antes de la floración o esperar hasta que se complete el proceso.
No se recomiendan las duchas calientes después del trasplante. Está contraindicado en plantas con hojas pubescentes aterciopeladas (violetas, gloxinias, begonias).
Las flores jóvenes con follaje delicado deben protegerse del agua demasiado caliente, así como de la fuerte presión del agua. Desde octubre hasta finales de marzo, no se proporcionan duchas cálidas para las plantas.
1. Comience a 35 grados. Con cada procedimiento posterior, la temperatura del agua aumenta de 3 a 5 grados, llegando finalmente a 50-60 °C. Es importante controlar cómo responde la planta al procedimiento.
2. Duración – de 2 a 15 segundos. Depende del grosor de las hojas. Cuanto más suaves sean, más corto será el procedimiento.
3. Frecuencia – no más de 1-2 veces al mes. Si el "baño" se realiza mensualmente, se recomienda cubrir el suelo con una película para no eliminar las sustancias beneficiosas.
4. Se recomienda verter no solo las hojas por ambos lados, sino también los troncos, tallos y en ocasiones la tierra con la maceta.
5. La presión del chorro es suave. No se permite mojar del grifo. Es necesario inclinar ligeramente la maceta para que el riego se produzca de forma tangencial.