Los cultivadores de flores a menudo enfrentan un problema: debido a un almacenamiento inadecuado, los tubérculos de dalia se secan y se ablandan.
El principal error en esta situación es tirar las bombillas. Los cultivadores de flores concluyen apresuradamente que el material de siembra se ha vuelto inadecuado.
De hecho, basta con realizar algunas manipulaciones simples, después de lo cual los tubérculos se pueden usar nuevamente para plantar en el jardín.
Para empezar, cualquier recipiente se llena con turba, aserrín o tierra ligera. Los bulbos se colocan en el sustrato. Esto se hace para que el cuello de la raíz permanezca abierto. A continuación, los tubérculos se tratan con un estimulador de crecimiento.
Sobre una ventana se coloca un recipiente con bulbos de dalia, sobre el que se coloca una sábana blanca para difundir la luz solar.
Los tubérculos se riegan periódicamente, evitando el exceso de agua. De lo contrario, las raíces se pudrirán y todos los esfuerzos serán en vano.