La calidad de las plántulas de tomate determina cómo será la cosecha. Si se tiene el cuidado adecuado, normalmente no surgen problemas.
Pero las plántulas de tomate no siempre son fuertes. Puede marchitarse y perder su aspecto saludable.
Esto sucede por ciertas razones.
Si las plántulas se caen después de tal procedimiento, esto significa que resultaron gravemente heridas. Como resultado, las plantas ya no recibieron una nutrición adecuada.
Para solucionar el problema, es necesario trasladarlos a un lugar cálido donde no haya luz solar directa.
Cuando el líquido se estanca en la maceta, las raíces de las plántulas comienzan a pudrirse.
Es necesario reducir la cantidad de riego y también hacer agujeros en el fondo de los recipientes con tomates. Esto permitirá que se escurra el exceso de agua.
Cuando los tomates se encuentran cerca unos de otros, necesitan más nutrición.
Como no hay suficiente, las plántulas se caen. Si la plantación resulta densa, es necesario aclararla y eliminar los brotes más débiles.
Los tomates no crecerán bien en suelos pesados. Si se encuentran en tal estado, entonces es necesario trasplantarlos a suelo suelto. La acidificación del suelo también es un problema que se produce si el riego se realiza con agua dura.
Es necesario quitar parte del suelo que se ha vuelto ácido, reemplazarlo y luego regar solo con agua sedimentada a temperatura ambiente.