En la primavera, los residentes de verano intentan descubrir el mejor momento para plantar plántulas, para que puedan echar raíces rápidamente.
Los expertos aconsejan recolectar durante el período en que las plantas adquieren su primera hoja verdadera. Es a partir de este momento que las plántulas comienzan a formar racimos de flores.
El macroelemento participa en la construcción de las paredes celulares y regula los procesos de intercambio de gases. Una cantidad suficiente de fósforo suaviza las condiciones de crecimiento desfavorables.
Por ejemplo, el aire de la habitación a veces está caliente y demasiado seco. Con falta de fósforo, las plántulas reaccionan más bruscamente a condiciones ambientales insatisfactorias.
Por eso, tras la recolección, los expertos aconsejan aplicar fertilizante que contenga este macronutriente. Por ejemplo, se utiliza fosfato monopotásico. Contiene aproximadamente un 50% de fósforo. Disolver 2 g de fertilizante por 1 litro de agua.
Después de la recolección, se recomienda estimular el fortalecimiento del sistema radicular. Por ejemplo, el ácido succínico hace frente a esta tarea.
La forma más cómoda de hacerlo es añadir 1 g del producto al fertilizante fosfórico y diluirlo en 1 litro de agua. La solución resultante se riega desde la raíz de las plántulas.
La recolección es estresante para las plántulas. Para que las plántulas sean más fáciles y rápidas de soportar el procedimiento, los residentes de verano rocían las plantas con un medicamento antiestrés, por ejemplo, Epin.