La recolección es el proceso de trasplantar plántulas de un recipiente común a macetas separadas. En el caso de algunos cultivos es obligatorio.
Estos incluían tomates que no toleran condiciones de hacinamiento. Esta cosecha debe recolectarse 2 semanas después de la germinación. Para entonces, se habrán formado varias hojas verdaderas. Las plantas podrán tolerar bien el trasplante.
La recolección será exitosa si sigues una determinada secuencia de acciones.
Se acostumbra suspenderlo un par de días antes de la inmersión. Esto es necesario para no hacer que el suelo sea más pesado, de modo que las plántulas se puedan quitar fácilmente.
Algunos jardineros hacen las cosas de manera diferente. No riegan los tomates durante varios días, pero humedecen la tierra una hora antes del trasplante.
Se realiza en función del modo de riego seleccionado. Si esto no se realizó antes de la recolección, entonces debe usar una cucharadita. Con su ayuda, se levantan las plántulas y se sacan del recipiente común junto con un trozo de tierra.
Si el suelo se regó justo antes de recogerlo, entonces se debe sacar el contenido del recipiente y colocarlo sobre la mesa. Será necesario separar las plantas con un palo.
Debe verter la mezcla de tierra en recipientes separados y hacerle agujeros. Su profundidad debe corresponder a la longitud del tallo de la plántula.
Después de colocar las plantas en los huecos, deberás agregar tierra y compactarla. Debe llegar casi hasta las hojas de los cotiledones.
Entonces necesitas regar los tomates. Para ello es necesario utilizar agua a temperatura ambiente.
Algunos jardineros acortan la raíz central de los tomates en un tercio al recogerlos.
Este método se puede utilizar si planta tomates en contenedores con una profundidad de 8 cm. Entonces no habrá retrasos en el desarrollo del cultivo.