El secreto para una rica cosecha de fresas es simple: evitar condiciones en las que los arbustos enfermen y se marchiten.
Algunos jardineros llaman a esta cultura caprichosa. Pero esto sólo es cierto si no conoces una serie de sutilezas del cultivo.
1. Falta de rejuvenecimiento y asiento. Aproximadamente una vez cada 3-4 años vale la pena dividir los arbustos. Esto se hace a finales de verano o principios de otoño, así como en primavera. Si ignora el procedimiento, con el tiempo la cosecha será cada vez menor.
2. Sombra. Las fresas son un cultivo que ama el sol. Para una fructificación activa se necesita más luz y calor.
3. Raíces frías y desprotegidas. Si no hay nieve y la temperatura ha bajado a -5 ... -8 °C, entonces es importante aislar las plantaciones.
4. Sobrecalentamiento y suelo seco. Los residentes de verano tienen una respuesta al frío y la sequía: el mantillo. En la estación cálida, puedes utilizar abono, paja, ortigas o agujas de pino.
5. Tierra pobre. El suelo ideal para las fresas debe ser suelto y rico en nutrientes. Por lo tanto, antes de plantar, se afloja el suelo, se agrega compost, cenizas o fertilizantes minerales complejos.