Los jardineros no tienen idea del error imperdonable que cometen cada año.
Para no quedarse sin cosecha, todavía hay tiempo para retirar de las camas un material, que se considera el más útil, pero en la primavera es necesario deshacerse de él.
Hablamos de aserrín, heno, paja u hojas caídas que se utilizan como mantillo para fertilizar el suelo.
Material que cubre la superficie de las camas para protegerlas del frío, el calor, los microorganismos patógenos y las plagas.
En las camas no se deja material del año pasado.
La materia orgánica se coloca en los lechos en el otoño, por lo que promoverá la reproducción de las lombrices de tierra y estimulará el crecimiento de la microflora beneficiosa del suelo, lo que tendrá un efecto positivo en la calidad del suelo.
En primavera, se retira el mantillo. Esto es especialmente cierto en aquellos lechos donde se observaron enfermedades la temporada pasada.
Las plantas cubiertas pueden sufrir falta de luz solar; el sustrato impedirá que el suelo se caliente.
El mantillo puede albergar plagas, pequeños roedores y otros patógenos.
No utilizar mantillo sería un error irreflexivo.
El sustrato aportará muchos beneficios a tu jardín: