En el entorno de la dacha, se puede escuchar la opinión de que a las cerezas no les gusta la poda y, por lo tanto, no se debe dar mucha importancia a este procedimiento.
Esta es una idea errónea. Como ocurre con cualquier árbol, este procedimiento es importante, y es la poda correcta la que determina qué tan grandes y sabrosas crecerán las bayas y cuántas de ellas crecerán en general.
Por tanto, es posible y necesario podar las cerezas en primavera.
El procedimiento se lleva a cabo cuando comienza el clima cálido, no antes de la segunda quincena de marzo, antes de que la savia comience a fluir y antes de que los cogollos se hinchen. La poda se realiza en tiempo seco, de lo contrario las heridas tardarán más en sanar.
La poda formativa está prevista para la primavera. También aumenta la productividad. Se eliminan todas las ramas que estén enredadas y que crezcan dentro de la copa.
Al mismo tiempo, puedes eliminar las ramas viejas y dañadas por el invierno.
Si no se hace esto, surgirán condiciones favorables en la densa copa para la propagación de enfermedades, que afectarán al árbol mismo y a su cosecha.
1. Retire las ramas que crecen cerca unas de otras y que engrosan la copa.
2. Recorte las ramas entrelazadas.
3. Retire los brotes viejos, enfermos y dañados.
4. Adelgace la corona y, si es necesario, acorte los brotes jóvenes, que no tengan más de tres o cuatro años.