Arrancar plántulas es un fenómeno muy peligroso. Las plántulas demasiado grandes son débiles y vulnerables a diversas enfermedades.
En este estado, es posible que las plántulas no "sobrevivan" al trasplante a campo abierto.
Y si el procedimiento sigue funcionando bien, no se pueden descartar problemas.
Por lo tanto, es posible que la planta no eche raíces, pero puede sufrir enfermedades e insectos peligrosos.
Para evitar que las plántulas se estiren, es necesario brindarles las condiciones más cómodas.
Estamos hablando de una iluminación normal, una temperatura del aire ni demasiado baja ni demasiado alta, así como una cantidad suficiente (pero no excesiva) de fertilizante y humedad.
Además, es recomendable realizar un procedimiento sencillo. Y entonces las plántulas no se estirarán. Además, quedará regordeta.
Curiosamente, una acción tan inesperada como acariciar periódicamente con cuidado la parte superior de las plántulas da un resultado positivo.
Gracias a este efecto se inicia la liberación de los compuestos necesarios.
Los brotes dejan de mostrar un crecimiento acelerado. Los brotes no serán demasiado altos. En este caso, las plántulas resultarán bastante fuertes.
La duración de las caricias debe ser de un par de minutos. La acción debe ser diaria.