Las cebollas crecen bien en suelos arcillosos, franco arenosos y de turba cultivada.
La planta exige iluminación y riego, especialmente durante el período de formación del bulbo.
Lo mejor es plantar cebollas después de pepinos, tomates, patatas, zanahorias, repollo o frijoles. Pero antes de todo esto hay un matiz importante.
Se trata de remojar cebollas. Por ejemplo, algunos jardineros aficionados recomiendan mantener el material de siembra en una solución de soda o yodo. Se cree que este método evita el atornillado.
Sin embargo, los agrónomos no recomiendan seguir este consejo. Remojar en yodo no ayudará si los bulbos se almacenaron incorrectamente.
Ni un producto farmacéutico ni un refresco protegerán contra la aparición de flechas, ya que el capullo de la flor ya se ha formado. De él brota una flecha.
El proceso lo establece la naturaleza. Sólo el almacenamiento adecuado de la bombilla le protegerá de este proceso. Pero sumergirse en diversos medios dictados por la sabiduría popular a veces puede arruinar el material de siembra.