A los jardineros les gusta cultivar cerezas en sus parcelas; todo en ellas es maravilloso: su sencillez, su apariencia y su sabor.
Sin embargo, para una buena cosecha no basta con plantar un árbol en el jardín y regarlo. Las cerezas pueden sorprenderte desagradablemente con una cosecha escasa y llena de gusanos, incluso con el cuidado adecuado.
Para evitar toparse con el mismo rastrillo todos los años en el caso de las cerezas, hay que prestar atención a los consejos a la hora de plantar cerezas.
Es mejor plantar cerezas antes de que comience la temporada de crecimiento en la primavera para que la planta eche raíces antes de que comiencen a crecer los brotes.
El árbol se planta a partir de finales de marzo y a más tardar a mediados de abril.
El árbol crecerá bien en suelos franco y franco arenoso con un nivel de acidez neutro.
Si tu jardín tiene suelo arenoso, necesitarás fertilizarlo todos los años.
Tenga en cuenta que es mejor no plantar cerezas en suelos arcillosos o solucionar el problema de forma radical: añadiendo arena.
El árbol no se planta en suelos ácidos. La acidez del suelo para las cerezas no debe exceder 7,0.
El suelo ácido se diluye con piedra caliza dolomítica, tiza en polvo o cal.
El esquema es el siguiente: regar 2 veces por semana, 2 cubos de agua.
Los primeros 2 años no aplicar fertilizante. En el tercer año, los que contienen nitrógeno, durante la floración, compost y humus, en verano, materia orgánica. En otoño se aplican fertilizantes de potasio y fósforo.
Para las cerezas puedes utilizar los siguientes fertilizantes: