Para los jardineros experimentados que cultivan zanahorias, la primera prioridad no es el tamaño del cultivo de raíces, sino el sabor y los nutrientes.
A veces la verdura crece grande, uniforme, pero acuosa. Esto sucede porque las zanahorias recibieron demasiada humedad durante la formación de las raíces.
El anegamiento se produjo por culpa del residente de verano o por el tiempo lluvioso. Según agrónomos experimentados, el agua favorece el desarrollo activo de los cultivos de raíces, pero no mejora su sabor.
Si hay un exceso de humedad, las zanahorias no solo adquieren un sabor acuoso, sino que también se almacenan peor. Es mejor utilizar dicho cultivo lo antes posible, de lo contrario, podría pudrirse más cerca de la mitad del invierno.
En promedio, las verduras se riegan una vez cada 5 a 7 días, gastando de 4 a 5 litros de agua por 1 metro cuadrado. Si el clima es seco, se debe humedecer el suelo cada 2-3 días. 1-2 semanas antes de la cosecha, las zanahorias ya no se riegan.
Para evitar que la lluvia inunde las zanahorias y provoque el estancamiento del agua, es necesario hacer camas altas o cavar surcos alrededor de las camas por donde se drenará el exceso de humedad.