Un residente de verano aumentará sus posibilidades de obtener una abundante cosecha de calabacines si sigue varias reglas importantes.
Estamos hablando de elegir semillas de alta calidad, la conveniencia de crecer a través de plántulas, una adecuada plantación del cultivo y acciones para estimular la fructificación de la planta.
Igualmente importante es la correcta aplicación de fertilizantes: en el momento adecuado y en la cantidad adecuada.
El secreto para obtener altos rendimientos de calabacín es la triple fertilización del cultivo. En otras palabras, la planta debe alimentarse tres veces durante toda la temporada de verano.
El primer procedimiento debe realizarse 10 días después de trasplantar las plántulas a campo abierto.
Durante este período, la planta necesita nitrógeno. El énfasis debe estar en lo “orgánico”. Una infusión de hierbas será especialmente útil para cultivos de huerta.
El remedio se elabora de la siguiente manera: se toma masa vegetal (plátano, tallos de ortiga, láminas de hojas de diente de león), se pone en un barril y se llena con agua.
La masa se debe infundir en un recipiente cerrado durante al menos una semana. El líquido resultante debe diluirse 10 veces con agua limpia.
Inmediatamente después del inicio de la floración, se debe alimentar el calabacín con el mismo producto que en el caso anterior.
El hecho es que los cultivos de huerta todavía necesitan nitrógeno. Y en cantidades bastante grandes.
Pero durante el período en que comienzan a formarse los frutos, el residente de verano debe reponer la deficiencia de potasio en el suelo.
Los restos de madera sin quemar vendrán al rescate. En un balde se deben colocar dos litros de ceniza. El volumen restante del recipiente debe llenarse con agua.
Pasadas 24 horas estará listo el abono ideal para calabacines.