Una rosa de interior es buena siempre que crezca, florezca y no se enferme. Para que esto suceda, es necesario conocer las reglas básicas del cuidado de las plantas.
Esta no es la planta más difícil de cuidar. A continuación te damos 5 consejos que te ayudarán a mantener tu flor en perfectas condiciones.
Esta planta necesita luz solar brillante, pero al mismo tiempo difusa, y las ventanas deben mirar hacia el lado este u oeste. La luz solar directa puede provocar quemaduras en hojas y flores.
La temperatura y la humedad determinan con qué frecuencia y abundancia florecerá una rosa. Lo ideal es que la temperatura del aire esté entre 15 y 25 grados centígrados con un signo más. En la estación fría, cuando la calefacción está encendida, es necesario mantener la humedad del aire utilizando dispositivos especiales o trucos populares.
Debe ser regular, pero de forma que el suelo permanezca siempre húmedo. Para ello, el riego se realiza cuando el suelo comienza a secarse. Riegue con agua blanda y sedimentada a temperatura ambiente.
El suelo debe ser fértil, drenado, suelto. Si el suelo ya está compactado, se puede utilizar perlita o materiales similares.
Los cultivadores de flores creen que los fertilizantes líquidos para todo uso son los más adecuados para el cuidado de las rosas. Durante el crecimiento y la floración, la rosa se fertiliza una vez cada 7 días y en invierno una vez cada 2 semanas.
Pode las rosas de interior en primavera u otoño. En su mayoría se apegan a la poda formativa.