La correhuela, junto con el pasto de trigo, la quinua, las cochinillas y otras malas hierbas, es la que más molesta a los residentes de verano.
Esta bonita planta crece rápidamente y absorbe humedad y nutrientes del suelo. Debido a esto, otras culturas se debilitan.
Además, la enredadera entrelaza los tallos de las plantaciones, lo que tampoco beneficia ni a la planta ni a la cosecha.
Algunos jardineros resuelven el problema de la forma tradicional: desmalezando. Pero existe una opción más sencilla y eficaz. El secreto está en la desoxidación del suelo.
A la enredadera le encantan los suelos ácidos. Si empuja el indicador en la dirección neutral, la planta se sentirá incómoda. La enredadera dejará de capturar nuevos territorios y pronto desaparecerá por completo.
La tiza o la harina de dolomita funcionarán mejor. Este último se puede aplicar en primavera. Por 1 metro cuadrado de terreno se utilizan 400 gramos.
Además de la tiza y la harina de dolomita, la ceniza ayuda a combatir la enredadera. Pero para 1 “cuadrado” ya necesitarás 1 kg. Sin embargo, la ceniza también es un excelente fertilizante que contiene calcio y magnesio.