Cualquier residente de verano sabe que los pepinos necesitan una gran cantidad de agua.
La falta de humedad puede provocar una caída importante en el rendimiento de los cultivos de jardín.
Sin embargo, esta regla no “funciona” en todos los casos. A veces es necesario actuar de manera completamente diferente.
Hay un período en el que el propietario de una parcela de campo debe reducir el riego y luego las posibilidades de una rica cosecha de pepinos aumentarán muchas veces.
El jardinero no debe regar los pepinos con demasiada frecuencia al comienzo de la floración.
Por el contrario, durante este período el procedimiento se debe realizar con menos frecuencia y no se debe utilizar tanto líquido como de costumbre.
Una vez finalizada la etapa inicial de floración, los riegos deben ser más frecuentes e intensificados. Y bruscamente.
Este contraste ayudará a acelerar la maduración de los frutos.
No se debe olvidar la importancia de regar abundantemente los pepinos durante las épocas calurosas.
Si riegas los pepinos correctamente y no te excedes con este procedimiento al comienzo de la floración, se formará una gran cantidad de frutos sabrosos.